“Alaba a Dios y confía en
él.”
He necesitado años para
entender situaciones que en su momento no comprendí y en las que creí que Dios
se había olvidado de mí.
Hoy comprendo que no
estaba sola y que aquellas pruebas me fortalecieron y que no eran tan oscuras
como en su momento creí que eran.
Mi error fue no confiar en
Dios. Hoy lo sé, los tiempos de Dios no son los nuestros.
Aprendí que Dios no es una
máquina a la que le ponemos una ficha y nos entrega un dulce, debí dejar en sus
manos mi problema y confiar.
No estaba sola, hoy lo
comprendo.
“Alaba a Dios y confía en
él.”
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