BAUTISMO
Una
noche un judío se acercó a Jesús para hablar sobre Dios. El ´Señor le dijo que
para entrar en el Reino de los cielos
era necesario nacer de nuevo por medio del agua y el Espíritu.
Y antes
de subir al cielo, dijo a sus discípulos; “Vayan a todos los hombres y
bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El que crea
y se bautice se salvará”.
Muchas
personas se acercan a la Iglesia a pedir el Bautismo para sus hijos y no saben
su significado e importancia. Es la puerta de entrada a la familia de Dios, es
decir a la Iglesia.
Ser
bautizados es recibir el Espíritu Santo, nos da la gracia Santificante, nos hace
hijos adoptivos de Dios, hermanos de
Cristo y miembros de la iglesia.
El Bautismo no se puede borrar, por eso decimos que imprime un carácter indeleble.
El cirio Pascual. Debe estar presente en cada bautismo.
El Santo Crisma. El sacerdote hace la señal de la cruz en la frente del que recibe el bautismo.
El oleo sagrado. El sacerdote unta
el pecho del que se bautiza, para darle fuerza en su nueva vida de cristiano.
Y el agua, fuente de vida, son elementos complementarios del Sacramento.
En caso de urgencia de vida y si un
enfermo quiere ser bautizado, cualquier persona puede hacerlo, debe verter un
poco de agua en la cabeza de quien desea recibir el bautismo, repitiendo la formula:
“ N N : Yo te bautizo en el nombre del
Padre, Y del Hijo, Y del Espíritu Santo.”
Amén.