domingo, 1 de diciembre de 2024

Tiempo de adviento.

 

 

Adviento, tiempo de esperanza.

En estos tiempos en que las malas noticias, las guerras y los desastres climáticos nos hacen mirar al cielo y preguntar: ¿Por qué…?

El Evangelio  nos ofrece una palabra conocida y que a veces resbala por nuestro oído sin dejar huella. ¡¡Esperanza!!

Escuchando al arzobispo de Buenos Aires Monseñor Jorge García Cuerva, en la misa del primer domingo de Adviento, me conmovieron sus palabras y voy a tratar de transmitirlas en resumen.

Decía García Cuerva que hay muchos tipos de esperanza, pero quiso remarcar dos, la incierta que es la que tenían los prisioneros de los campos de concentración en la segunda guerra mundial. Llegado fin de año se corría el rumor de que para las fiestas saldría en libertad  un grupo de personas, sano y salvo, todos esperaban ser los elegidos, llegado el momento eso no sucedía; era una esperanza incierta.

La otra, la esperanza cierta es la que los abuelos, la noche de Navidad le dicen a sus nietos; “Después de la cena, detrás de la puerta van a encontrar el árbol de Navidad y los regalos para todos”. Los chicos sabían que las palabras del abuelo eran ciertas y que allí encontrarían los regalos, no importaba cuan gran grandes podían ser, importaba que las palabras del abuelo eran una esperanza cierta.

Esa es la diferencia sobre la esperanza incierta y la esperanza cierta, la primera es solo un rumor que deja desconsuelo e incertidumbre y la segunda es aguardar una esperanza en la que se puede confiar. La palabra de Dios es esa esperanza cierta, estemos seguro que llegaran esos días. Tenemos que alzar la cabeza y confiar porque las promesas de Dios se cumplen.

Es mucho más largo el mensaje, traté de recordar lo más importante y esperanzador.

Les deseo un feliz y esperanzado tiempo de Adviento.


mariarosa



 

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